sábado, 9 de enero de 2010

Tercer piso y las ínfimas carencias

El sentido de impotencia que se llega a sentir en ciertas situaciones es tan agravante en corazón, alma y razón que termina por dejarte desesperanzado completamente. Así me mismo me sentí esa vez, te miraba como luchabas con tus problemas y no podía hacer nada para mejorar tu situación.
Así me vez tu ahora, tristemente moviéndome por el mundo sin razón de ser. Todo en lo que creía se fue cayendo lentamente; el trabajo ya no es el mismo, esa mujer con la que tanto soñaba ha cambiado completamente. Mis amigos ya no son tan amigos y súbitamente se me acaban las razones para vivir.

¿Sube o baja el ascensor?- pregunta un transeúnte del edificio.

-Baja.- le respondí, secamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario