domingo, 10 de enero de 2010

Cuarto piso y las sábanas.

Estábamos cerca del antro cuando decidí mirarte una vez mas antes de entrar y encontrarnos con los mismos de siempre. La luz de la luna se reflejaba levemente en tus ojos e iluminaba tu suave rostro, dejándolo de un color parecido al de la porcelana. El frío de la noche nos recorría y en una reacción natural me abrazabas, impregnando tu perfume en mi ropa. Pasaba por mi mente nuevamente el momento en que en verdad nos conocimos, esa tarde que hablamos por mucho rato sentados en el atardecer, con los pies sumergidos en la orilla de la laguna. Mando un último respiro y te miro; Estas lista para entrar? Si, ya entremos que hace frío.

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