sábado, 31 de octubre de 2009

Ojos del azul del cielo.

No mirarte facilita mi trabajo,
de no tentarme a besarte.
No mirarte es mantener distancia,
de alguna forma, respetarte.
No mirarte para que sanes
del corazón y de la mente.
No mirarte es imposible,
no mirarte es un arte.

No mirarte es tortura,
no ver en tus ojos alegría.
No mirarte es amargura,
rompe toda mi armonía.
No mirarte es negar mi vida
y negar la tuya con la mía.
No me pidas que no te mire,
no me pidas que muera hoy día.

jueves, 15 de octubre de 2009

Trucos mentales

Noté, cuando iba caminando, que el hombre que iba siguiendo a esa muchacha había desaparecido. Se desvaneció de mi vista como la luz se va de la lámpara al toque de un switch. Impactado por tal acontecimiento, me dirijo hacia donde se encuentra la mujer, y la empiezo a seguir, buscando al místico sujeto que repentinamente privó su imagen de mi vista. Busco por los callejones y las galerías, volviendo mi cara en todas direcciones, tratando de encontrar al señor que seguía a la muchacha desde hace ya varias cuadras.

Sin victoria y muy cerca de la chica, camino un poco mas veloz hasta quedar al lado de ella, con la intención de preguntarle el nombre. Cuando la miro de perfil, noto que ella también se desvanece, y yo me encuentro tres cuadras mas adelante.

En este momento, entendiendo la misma nada de lo que acababa de ocurrir, veo hacia atrás mio, divisando a la chica y el hombre conversando, pasando luego por al lado mio y sin notarme.

Tras ese evento me doy cuenta, era yo sólo el aire que rondaba por la ciudad, y eran aquellas personas solo recuerdos pasados que rondaban por las calles.

Felicidad amarga

Ser un emisario de la felicidad no ha sido un trabajo fácil en mis años de vida. Es bien interesante, ya que uno de lejos creería que es el trabajo más gratificante que existe. Lo que no se sabe, es la envidia que uno siente por los que uno obra. Claramente uno se alegra, le estás dando felicidad a una persona, estás haciendo que su vida tenga algo de rumbo, estás haciendo que su vida sea algo un poco mas pleno.

No obstante, para un emisario de la felicidad no es fácil ver eso, ver como alguien que se encontraba triste, sin rumbo, gracias a tu ayuda cambia y su sonrisa evoluciona a una de autentica alegría. Es difícil verlos, tras recibir tu gratificante ayuda, marcharse con esa sonrisa y re hacer su vida de una forma mil veces mejor, dejándote atrás, como aquél que usa una servilleta para luego botarla.

Sin embargo, uno como emisario de la felicidad no puede simplemente dejar su trabajo, mas que por la obligación de hacer a la gente feliz, es por la adicción que te da ver esas sonrisas, y por la adicción a encontrar un nuevo caso que ayudar, con la esperanza de que, antes de marcharse, pinte una sonrisa en tu cara.

Carta del altazor

Tal es la situación indescriptible por la que pasa el humano, que desde los rincones más lejanos de sus mentes salen ideas, creando enlaces lógicos y a la vez ilógicos. Sufriendo demás por temas intrascendentes, tratando de buscar la real trascendencia y esperando que lo que ellos creen cierto es verdad, cuando en el fondo saben que es sólo una vaga ilusión que alimenta de manera vaga sus ansias de vivir.

Y claro, luego llegas con tus promesas de una vida mejor, de que todo será genial y que la vida no es tan mala. Pintas este hermoso cuadro de un campo verde y un sol que ilumina como no lo había hecho en diez mil años. Escribes los versos más alegres, que llenan de felicidad por breves momentos mi alma, para luego entender que la alegría sentida no era mas que una melancolía oculta, una máscara engañadora que usa el destino para hacerme creer que todo va bien.

Para que los humanos se van por estos temas tan inútiles, temas de tan poca importancia para la universalidad del planeta. Lamentablemente quien los creó, con un deseo caprichoso de verlos sufrir, no entiende qué tanto es lo que pueden llegar a sentir. Aún mal por él, ya que cuando encuentran la verdadera felicidad (y de una forma tan intrascendente, que mi mente no logra comprender), es como que el sol brillara como lo hacía hace diez mil años.